martes, 18 de septiembre de 2012

Buitre leonado

Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Accipitriformes
Familia: Accipitridae
Género: Gyps
Especie: Gyps fulvus
Nombre común: Buitre leonado
Estado de conservación (UICN): Preocupación menor (LC)










El buitre leonado es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae. Es una de las mayores rapaces que puede encontrarse en la península Ibérica, superando en envergadura alar incluso al águila imperial ibérica.

Descripción
El buitre leonado es fácil de reconocer por sus alas largas y anchas, que alcanzan una envergadura de hasta 2.8 metros. Pueden llegar a pesar hasta 10 kilogramos. Las plumas de las alas son largas y afiladas y las de la cola, cortas y dentadas. Estas plumas son de color ocre o canela en la mayor parte del cuerpo (dorsal, zona ventral y mitad anterior de las alas), siendo este el motivo de su apelativo como "leonado". Estas plumas se tornan de color marrón oscuro o negro en las rectrices de la cola y el extremo de las rémiges. La base del cuello está rodeada por filoplumas blancas, a modo de gorguera.

El pico es ganchudo, típico de las aves rapaces, y está especializado en desgarrar tejidos. Este es de color pardo grisáceo en la base y amarillento pálido en los lados. Los tarsos y dedos son grises y grandes, aunque mucho más débiles que los de las otras rapaces, siendo las uñas cortas y romas. Esta circunstancia, a la que hay que añadir especialmente el gran peso y la lentitud de estas aves, hace que sea prácticamente imposible que los buitres den caza o maten a otros animales como sí hacen el resto de aves rapaces.

Distribución y hábitat

Junto con el buitre negro, el quebrantahuesos y el alimoche (en verano), es una de las pocas especies de buitres que pueden verse en el sur de Europa, pues se le puede encontrar en España, Portugal, zonas aisladas de Francia (donde ha sido reintroducido) e Italia, buena parte de los Balcanes y Crimea. El resto de su distribución abarca varias partes de África septentrional y Asia occidental, desde Turquía, Arabia y el Cáucaso hasta las estribaciones del Himalaya y el noroeste de la India.


En España se ha estimado una población, en el año 2008, de 25.000 parejas, con las mayores concentraciones en Castilla y León, Aragón y Andalucía, con porcentajes de 24, 21 y 12, respectivamente. Destacan las colonias de las Hoces del río Duratón con 566 parejas, Hoces del río Riaza con 402 parejas, los Arribes del río Huebra con 349 parejas y las poblaciones del Cañón del río Lobos, del Valle del Rudrón, Alto Jalón, Campo Taranz, parameras de Maranchón, Altos de Barahona y del parque natural del Alto Tajo.

Las zonas habitadas por los buitres leonados suelen ser montañosas recortadas por profundos valles en donde se producen brisas ascendentes y anabáticas, producidas por el calentamiento de las laderas orientadas al Sol. Aunque en el llano cualquier cantil vertical o extraplomado de más de 50 metros les sirve de buitrera o lugar de descanso. Normalmente anidan en grupos formados por docenas de parejas, en peñas o acantilados inaccesibles, o de forma solitaria en árboles.

Cuando el día es caluroso, al amanecer suelen verse en los bordes de los acantilados y barrancos, orientados al noreste-este, a la espera de que haga el suficiente calor para poder ganar la altura suficiente para rebasar las crestas y cumbres. Durante el mediodía, suelen aprovechar las rutas apoyadas en relieves orientados al sur y suroeste, para posteriormente apoyarse cuando el Sol declina en las laderas oeste y noroeste, horas en las que se empiezan a producir las ascendencias y, aprovechando las distintas condiciones aerológicas, pueden recorrer centenares de kilómetros y sobrevuelan el llano o sólo mantenerse sobre los relieves montanos, siendo grandes conocedores del vuelo ascendente y de las rutas y los vientos apropiados a las distintas alturas para trazar sus recorridos. Al atardecer vuelven a sus refugios, pequeñas repisas situadas preferentemente bajo un techado de roca y protegidos de los vientos, donde pasan la noche, incuban el huevo cuando es la época y sacan adelante a sus crías.

En la península Ibérica es una especie sedentaria que se puede ver todo el año, pero las poblaciones de otros lugares a veces emigran al sur para invernar y vuelven a sus lugares de origen para reproducirse.

Comportamiento
El buitre leonado es un ave planeadora, más que voladora, pues apenas mueve las alas en el aire y permanece cernido en las altas corrientes durante las horas más calurosas del día. Prefiere levantarse sobre corrientes ascendentes que corresponden con fenómenos aerológicos como la convectividad térmica, la ascendencia dinámica o termodinámica, la convergencia de brisas, la restitución, la onda de montaña o las cuñas de aire frío de carácter meteorológico que levantan grandes masas de aire caliente. Pasan horas volando a alturas de entre 1.800 a 3.500 metros sobre el nivel del mar, aunque en días excepcionales pueden llegar a los 6.000 metros. Recorren desde 50 kilómetros a 300 kilómetros, dependiendo de la potencialidad convectiva del día, a la búsqueda de animales muertos, especialmente grandes mamíferos, de los que alimentarse. Cuando planea, suele mantener las alas un poco por encima de la horizontalidad y los planos de sustentación algo arqueados.

Alimentación
El buitre común planea en círculos durante horas en el aire y a gran altura, sin siquiera mover las alas, acechando a sus presas, que suelen ser animales moribundos. Se lanza hacia ellas con un movimiento arqueado y circular. Se alimenta principalmente de carroña de animales grandes, pues no caza animales vivos.

Está especialmente adaptado para alimentarse de carroña: su potente vista localiza cualquier cadáver en las cercanías y cuando desciende para alimentarse, formándose entonces aglomeraciones importantes de buitres de forma muy rápida donde no faltan las peleas por las mejores tajadas, introduce sin problemas su cabeza y largo cuello, provistos únicamente de un plumón corto en el que la sangre y la carne no se adhieren fácilmente, en las entrañas del cuerpo del animal. Dada la escasez de grandes ungulados en Europa, como ciervos, gamos o muflones debido a la caza y la desaparición de los bosques, las carroñas dejadas por los pastores constituyen una parte importante de la dieta de este animal.

Reproducción
Los buitres leonados entran en celo en los meses que van desde Diciembre a Abril. En ese momento forman parejas estables y pasar 58 días incubando su único huevo en turnos de entre uno o dos días cada uno. Posteriormente, se turnan con la misma frecuencia para alimentar al pollo. Este crece a un ritmo bastante lento pero constante y, al contrario que otras aves, si no recibe la cantidad precisa de alimento, no puede retrasar su crecimiento y muere de inanición. Las crías emprenden su primer vuelo hacia el mes de Julio, pero siguen manteniéndose cerca del nido una temporada, hasta que creen que ha llegado el momento de independizarse. A los cuatro o cinco años alcanzan la madurez sexual.

Subespecies
Se conocen dos subespecies de buitre leonado:

  • Gyps fulvus fulvus, del noroeste de África y la península Ibérica hasta Oriente Medio.
  • Gyps fulvus fulvescens, en Afganistán, Pakistán y norte de la India hasta Assam.


Amenazas
Aunque no se considera una especie especialmente amenazada, el buitre leonado es un ave protegida en varios países. En otros tiempos, los ganaderos perseguían y mataban a estos animales por considerarlas aves de mal agüero que amenazaban al ganado que estaba a punto de parir.

En España se considera fuera de peligro, aunque está catalogado como especie de interés especial desde el 5 de Abril de 1990; es decir, que merece una atención particular en función de su valor científico, ecológico, cultural o por su singularidad y exige la redacción de un Plan de Manejo. También está incluido en los anejos I y II de la Directiva 79/409/CEE de Aves, en el anejo II del Convenio de Berna, el anejo II del Convenio de Bonn y en el C1 del Convenio CITES.

También aparece como especie "De interés especial" en los catálogos regionales de Navarra, Castilla la Mancha, Madrid y Extremadura; como "Vulnerable" en el del País Vasco y como "Extinguida" en el de Murcia.

Los principales factores de amenaza sobre la especie son el envenenamiento por comer cebos envenenados y colocados por el campo ilegalmente por cazadores o ganaderos para el control de depredadores, la falta de alimento por la escasez de muladares y la obligación de retirar el ganado muerto por normativas de la Unión Europea, sobre todo a partir de la crisis de las vacas locas; y las molestias en las colonias de cría por escaladores y excursionistas que provocan fracasos reproductivos. La caza ilegal no tiene la importancia que tuvo en el pasado.

Además amenazan el hábitat del buitre leonado las construcciones de infraestructuras como pistas forestales, caminos rurales, cortafuegos y diques, urbanizaciones y las talas y aclareos abusivos durante la época de cría y en las zonas cercanas a las buitreras.

Existen centros de conservación y cuidado de esta especie, como el Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega, fundado en 1975 por Félix Rodríguez de la Fuente. El trabajo del refugio se ha notado en un crecimiento progresivo de la población, como se refleja en los distintos censos que realizan numerosos ornitólogos cada año.

Cultura
Era un animal muy importante en la cultura celtíbera. Los cadáveres de los caídos en combate se dejaban para su alimento y así el alma del guerrero acudía ante los dioses del Cielo. Es bastate común asociarlo a la deidad solar "Lug".

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